Tuve a bien llegar a este mundo un mes de mayo hace 26 años, en una familia que me quería y que muy probablemente jamás he merecido. Mis padres siempre me han apoyado y perdonado todos los (numerosos) errores que he ido cometiendo a lo largo de esta vida. Sé que nunca han entendido o compartido muchas decisiones que he tomado, pero aún así, repito, nunca me han dado la espalda. Y eso es algo que aún a día de hoy, no he sabido recompensarles.
Fui un niño feliz que creció en su mundo de fantasía, criado de la mano de mis padres pero viviendo aventuras que no eran mías sino que leía en los libros. Hubo muchas cosas que dejé de hacer por pereza (mi principal pecado, aunque los junto casi todos), y hoy me arrepiento, quizá por eso es frecuente verme haciendo hoy tonterías propias de un chaval de 15 años.
He vivido en Madrid toda mi vida, por lo que llevo un cachillo de su chulería metido en el corazón, pero llevo 6 meses en Valencia, viviendo con mi mejor amiga. Ella es el faro que alumbra mi vida y pone un poco de orden en mi vida. Cuida de mí y yo cuido de ella.
Y creo que como rápido resumen y contextualización de mi vida ya está bien, que tampoco quiero aburrir y lo bueno, si breve, dos veces bueno.
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