viernes, 10 de julio de 2009

El último adiós al Rey del Pop


Sí, ya sé que hace ya muchos días, pero saben ustedes que la pereza es uno de mis peores pecados. También sé que están hasta los mismísimos de oír hablar de él, y eso que todavía no ha empezado el aluvión de reediciones, remasterizaciones, homenajes, tributos, documentales y tantos otros que no espera. Y sé que el título también es lo más repetido y obvio del mundo. Pero que coño, si no les gusta o interesa pasen a otro enlace.
Se ha ido un mito, (casi) él último de los grandes, porque no estoy yo muy seguro de cuántos quedan con vida de su altura. Adorado como un Dios, odiado como una abominación, seguramente convertido en mártir tras su muerte. Elijan su bando. Pero tengan en cuenta todos los factores, por favor. Porque llevo años viendo y escuchando a gente que le deseaba todos los males y pesares a ese pederasta, a ese bicho raro convertido en monstruo. Sí, fue un monstruo. Un monstruo de la música, acosado por un padre disciplinario y sepótico que quiso sacar todo el partido de sus hijos. Michael empezó con sólo 5 años en los Jackson Five, con sus hermanos, eclipsándolos pronto a todos y siendo el vocalista solista. Le fue arrebatada toda infancia y adolescencia normales, y creó un trauma en él que le llevaría a la destrucción. Porque ese ser asexuado que todos hemos conocido fue, a mi manera de pensar, incapaz de violar a un niño. Sólo quiso dar a los niños que pudo una infancia mágica que a él le fue negada. De ahí, por ejemplo, transformar su finca Neverland en un parque de atracciones.
Ya han salido a la luz las declaraciones de algún niño (que ya no lo será tanto) negando que Michael abusara de ellos como en su día denunciaron. No fue más que la ambición de algunos padres por la fortuna del Rey. Y si no, piénselo detenidamente. ¿Ustedes dejarían a sus hijos ir a pasar el fin de semana a casa de una megaestrella desconocida sin estar con ellos? Me suena a abuso de la inocencia de Michael, porque vaya si llegó a ser inocente en los tiempos que corrían. Y si su hijo les dice después que ha sido violado, ¿se callarían a cambio de unos "milloncejos" de dólares? No, querrían llegar hasta el final y verle entre rejas. Todo me suena a extorsión, pero de algunos seres que se hacen llamar padres a un inocente mente que nunca pudo madurar.
Si suman estos pleitos judiciales al trauma obvio de Michael, su afán de perfección, el acoso de la prensa, etc, entenderán que el mito se derrumbara dando lugar a un alienígena super operado e hipocondriaco.
En fin, todas estas circunstancias no deben empañar la luz de la estrella que conocimos en el pasado, dueño del disco más vendido de la historia (Thriller, 105 millones de discos), el primer afroamericano en aparecer en la MTV, la primera persona en tener dos estrellas de la fama en Hollywood, una leyenda de los videoclips, etc, etc.
Incluso cuando nos enteremos de las verdaderas causas de su muerte. Imaginen a esa estrella caída que promete una multigira, cuyas entradas se han agotado en horas, cuando se pone a preparar las actuaciones y ve que no puede cantar ni bailar como su público espera que lo haga. No digo más. Antes muerto que sencillo...

Pese a que ha sido tan odiado, ha vendido unos 750 millones de discos en vida, y se espera que venda otros 50 millones antes de fin de año.

Finalmente, dos curiosidades que mucha gente no conoce: Michael Jackson aparece en el Libro Guiness de los Récords como la estrella que más dinero ha donado a organizaciones benéficas (unos 300 millones de dólares) entre ellas a organizaciones infantiles; fue nominado 2 veces al Premio Nobel de la Paz; y sufría vitiligo, una enfermedad degenerativa de la piel que lleva a la pérdida total de la melanina.

Si alguien tiene alguna duda de su magia, de su talento, de que fue realmente el Rey del Pop y del Entretenimiento, no tienen más que desempolvar éxitos como Billie Jean, Thriller, Bad, Beat it o Smooth Criminal y mirar a sus pies. Seguro que se están moviendo.

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