viernes, 15 de enero de 2010

No puedo creer en el destino... porke el único ke conozco es la Muerte.


Querías que hablase de ti en mi rincón, el rincón de mis cosas. Y que quieres que diga. Acaso que eres una de las personas más increíbles que he conocido en los últimos años. Quizá que me has hecho recordar un mónton de momentos felices de mi pasado, momentos que veo que pueden repetirse, que no eran locuras de juventud sino una actitud diferente a la de la mayoría.
Quizá quieras que diga que eres tú ese cambio en mi vida, mi retorno a la nocturnidad. A la premeditación y a la alevosía. A la discusión filosófica. A la metafísica. Al ron con limón. Mi retorno a la ilusión, a la risa, al ingenio, a la locura. Al momento.
O quizá quieres que hable de billares, de las noches de buen juego, de las de suerte, de las de no me entra nada. Noches de vicio, conversación y risas. Joer, parece la definición de mi vida.
Quizá debiera hablar de conexión, de feeling, de compenetración. De no quedarse callado. De azar, de destino, de causas y de efectos. De Escocia-Irlanda-Dondequieraquesea. Pero que sea contigo.
Podría decir todas estas y muchas otras cosas. Y todas serían verdad.
Para ti, que sabes quien eres. La chica de los mil gorros.

miércoles, 6 de enero de 2010

Que tus manos digan...


Deja que mis ojos
se reflejen en los tuyos,
deja que nuestras voces
se transformen en murmullos.

Deja que la noche
se vaya haciendo día,
deja que las estrellas
iluminen mis fantasías.

Deja que tus manos digan
lo que tu corazón ansía,
deja que las palabras
se junten en una poesía.

Deja que tus miedos se asusten
con la llegada del sol,
deja que bese tus labios
para salvar mi corazón.

sábado, 2 de enero de 2010

Sin pedir permiso ni perdón


Ya no soy lo que era
ni tampoco lo que parezco
hay veces que deslumbro
y otras que me desvanezco.

Hay días que me como el mundo
otros son un pasillo estrecho
en que todo aquello que toco
se queda, como poco, maltrecho.

Pero hoy de todo tengo ganas
comer de la noche y beber del sol
respirar vida, exhalar el hastio
sin pedir permiso ni perdón.

viernes, 1 de enero de 2010

Con posibilidad de churrasco


Un año más se ha ido. Una vez más el muy cobarde se ha escapado con su habitual premeditación y alevosía, avisando con meses de antelación de su marcha. Se ha ido con sus hermanos mayores, esos últimos años que en mi vida se han ido cosiendo unos con otros sin dejar apenas poso. Y desde luego un poso que no apetece volver a saborear. Un año que empezó torcido y acabó rompiéndose (y con él mi alma) en mil pedazos. Un año que casi sin darse cuenta se fue arreglando a si mismo y que termina con una sensación ya olvidada: ilusión. Una ilusión perdida y robada a partes iguales, una ilusión que fue enterrada casi sin juicio previo.
No caeré en el error de preparar planes para el nuevo año, planes que ni cumpliremos en su gran mayoría ni nunca hemos considerado cumplir realmente. No. Este año empieza con una sensación nueva que acompaña a la olvidada ilusión: supervivencia. Este fue el año en que si algo aprendí fue a sobrevivir en un mundo de tristeza y paranoia que invadía mi mente. Del cual pude salir. La oscuridad se dispersó al fin, el cometa que había deslumbrado mi retina pasó para seguramente no volver y mis ojos volvieron a fijarse en las estrellas, esas estrellas que no era capaz de ver mientras estuve deslumbrado.
He recuperado algunos de mis viejos hábitos, con otra perspectiva, y he adquirido algunos nuevos, que supongo que forjarán el camino que espera a mis doloridos pies. Vuelvo a vivir de noche, cuando el fresco ayuda a l pensamiento y a la conversación. Conversaciones que desembocan en oscuros (y loados) tugurios que ennoblecen el alma y amueblan la mente. Quiero volver a vivir el momento, ese pequeño detalle que hace meses se me hubiese escapado y que hoy es capaz de arrancarme de nuevo la sonrisa. En mi vida ha salido de nuevo el sol, aunque conociéndome el parte metereológico me predice posibilidad de chubasco. O aprovechando la cenas de estos días debería decir posibilidad de churrasco.